Las emociones juegan un rol primordial en nuestra vida. Aprender a identificarlas y manejarlas es todo un desafío. Hoy las emociones de miedo, tristeza y rabia son las más sentidas. El llamado a la contención en estos momentos, probablemente no nos ha resultado como quisiéramos.
Quién nos sostiene a nosotros las madres y padres que ahora también seguimos siendo trabajadores, asesores de hogar y cuidadores a tiempo completo? Es aquí donde la tecnología ha jugado un rol de unión con esas personas que a pesar de la distancia nos logran contener; nuestras figuras de apego en quienes encuentro seguridad y consuelo. Nuestras parejas también pueden cumplir ese rol, siempre y cuando estén en condiciones emocionales para ello.
Y qué pasa con nuestros niños? Cómo, a pesar de todo, seremos capaces de calmar y contener?:
Lo primero es hacernos cargo de nosotros; permitirnos sentir las emociones que nos invaden, permitirnos llorar y darnos ese espacio de recogimiento y encuentro con nuestras emociones.
Es acá donde aparecerá esa niña/o asustado, abandonado. No evitemos que aparezca sino acogámosla/o dándole lo que necesita, como parte esencial del autocuidado.
Si al elaborar las emociones sentidas, al reencotrarnos y reconciliarnos con nuestra infancia sentiremos mayor bienestar emocional, y junto con los momentos de regaloneos que nos demos a diario, estaremos mejor preparadas para regular: si me calmo-calmaré, si me contengo- contendré y responderé de forma más saludable emocionalmente.