top of page
Buscar
  • Foto del escritorcriandocontigochile

Culpa: ¿quién la reconoce?

La Culpa. ¿A quién no le aparece? Yo trato de arrancarme, pero me cuesta. Para mí, es difícil ser mamá y no sentirme culpable por algo. Antes, cuando no trabajaba y estaba en casa cuidando a mis niñas, me sentía culpable porque no estuve atenta, porque no supe cómo manejar “bien” alguna situación, porque le hablé demasiado fuerte, porque reaccione mal y las hice sentir mal….podría seguir acordándome de cosas. Ahora, que trabajo tiempo completo, me siento culpable por no estar en todas, por tener poco tiempo, porque me dicen “Mami, trabajas todo el día”.....y sigo sumando culpas.


Mi amiga me hace sentir mejor cuando me dice, acuérdate de la “madre suficientemente buena”. Y aquí estoy, esperando ser suficientemente buena. Al menos, me esfuerzo!


Y en esta vorágine del día a día, encerradas, las tres, en esta cuarentena que nos tiene a todos en una tremenda incertidumbre, empecé a encontrar ratitos o espacios para poder conectarme con mi hijas, para que me cuenten cómo se han ido sintiendo, qué han estado pensando o, simplemente, para que hablemos de las películas o los libros que a ellas les gustan. Esos ratitos suelen ser mientras estamos haciendo algo en particular como la rutina en las noches, al bañarse. Eso se ha transformado en nuestro ritual y nos encanta! Ellas esperan ese momento en que abro el agua, se llena la tina y el agua está justo como a ellas les gusta. Siempre se turnan. Una primero, la otra después. La más chica trae sus juguetes y los baña. La más grande, trae una toallita que la usa como almohada y conversamos. Y así tenemos un rato para nosotras, en que nada nos molesta y es algo que tenemos que hacer porque es parte de nuestra rutina. Yo me siento en el suelo y las acompaño, las peino, les echo agüita y así nos quedamos, hasta que el agua se enfría! Ha sido un momento muy lindo de conexión con ellas y de no sentir presión, para mí. En ese rato no estoy apurada porque mañana no hay que ir al colegio y no importa si nos atrasamos un poco.


Con esto, sólo quiero invitarlas a que encuentren esos ratitos para, simplemente, estar con sus niños. Ellos necesitan ese espacio de “comunicación afectiva” (gracias, Amanda Céspedes); esos momentos especiales que hacen que nuestros niños se sientan apreciados, queridos, vistos, escuchados.


Picture credits: Bill Bragg

Picture from: The Telegraph UK

6 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page